A menos que vivamos en una gran ciudad, no solemos necesitar verdaderamente protección mágica.
Pero podría llegar una época en la que sí la necesitáramos. Este llamativo ritual despierta las energías protectoras dentro de quien lo realiza.
Para este ritual necesitará cuatro cirios negros (sí negros), un cuenco con agua, sal y una bolsa de papel.
Si no pudiera encontrar cirios negros, utilícelos blancos. Ahora, centrémonos en el ritual. Coloque el recipiente con agua, un vasito que contenga sal (no necesitará más de cuatro pellizcos de ella) y las cuatro velas negras en su lugar para hacer magia. Cuente también con algunas cerillas (las cerillas de madera son las mejores) y con una bolsa de papel.
Siéntese o sitúese de pie delante de los anteriores artículos. Cierre los ojos y visualice una fortaleza de protección rodeándole. Si siente la necesidad de ver un ser o criatura mágica defendiéndole, está bien.
O podría desear imaginarse con una espada de fuego, rechazando a todos sus enemigos. Furiosas amazonas pueden rodearle y proteger-le de una forma continua. Las posibilidades son ilimitadas, pero su visualización tiene que ser clara y concisa. Vea que está protegido. Sepa que está protegido.
Encienda una cerilla. Encienda una vela negra. Coja la vela, manténgala cerca de usted y diga:
¡No eres nada!
Aléjela y diga:
¡Estás debilitándote!
Aléjela todavía más, a la distancia del brazo extendido y diga:
¡Estás expulsado!
Meta el extremo encendido en el agua. Observe cómo la llama se apaga y desaparece. Sea consciente de que el agua también extingue toda la energía producida para dañarle.
Rompa la vela utilizada con sus manos (o utilice un martillo) y póngala en la bolsa de papel. Añada un pellizco de sal al agua para purificarla.
Repita todo el hechizo tres veces más, una vez por cada vela, diciendo las palabras, alejando la vela de usted, apagándola en el agua, rompiendo la vela, deshaciéndose de ella y añadiendo la sal al agua.
Cuando haya terminado, diga estas o similares palabras:
Maldad que cabalgas por el cielo; fríos vientos que sopláis;
Oscurecidos embrujos que os remontáis de muy abajo:
Rotos ahora, desapareciendo rápidamente, no prosperaréis.
Porque con este hechizo que os he lanzado,
No podéis sobrevivir.
Lávese las manos. Elimine las velas negras (en la bolsa) de su propiedad. Vierta el agua salada a una cloaca y lave bien el recipiente.
Ya está todo hecho.
(Este hechizo ha sido creado para transformar las energías negativas en energía positiva, no para dañar a alguien.)